Santa Teresa nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. A los 18 años ingresó en el Carmelo y a los 45 años, buscando responder a las gracias extraordinarias que recibía del Señor, emprendió una misión renovadora. Por ello, junto a San Juan de la Cruz introdujo la gran reforma carmelitana.

Desde sus primeros años mostró una imaginación vehemente y apasionada. Su padre, aficionado a la lectura, tenía algunos romanceros.

Teresa con seis o siete años de edad. era muy aficionada a la lectura de libros de caballerías pero también le gustaban las vidas de santos.

Desde niña, meditaba mucho sobre que el infierno y del paraíso fuesen para toda la eternidad. Con su hermano Rodrigo, dos años mayor que ella, repetía las palabras «Para siempre, siempre, siempre»

Incluso llegó a planear una escapada infantil por lo que a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fueran «a tierra de moros», buscando el martirio.

Teresa entró como alumna en julio de 1531 en el convento de las monjas de la Orden de San Agustín que estaba junto al Alcázar. Este convento tenía una pensión donde se enseñaba a las jóvenes, labores de bordado y prácticas religiosas.

Al poco tiempo, afectada por una enfermedad de la que se tienen escasas referencias, Teresa volvió a su casa y tras permanecer en su casa tres años y a pesar de la oposición de su padre, el 2 de noviembre de 1535, Teresa quiso entrar como postulanta en el Convento de la Encarnación, de carmelitas, en Ávila.

El Carmelo, es una orden religiosa de vida contemplativa, fué fundada a mediados del siglo XII por ermitaños en la Capilla de Santa María del Monte Carmelo, en Tierra Santa.

Donde el profeta Elías demostró el poder del Señor ante los sacerdotes de Baal en el siglo IX a. C.

En 1538 cae de nuevo enferma, tras entrar al convento su estado de salud empeoró. y, ante el fracaso de los médicos, su padre le lleva a una curandera cuyo tratamiento «deja a la enferma medio muerta» El 15 de agosto de 1539 (solemnidad de la Asunción de María) sufrió un ataque repentino y violento (que ella llamó paroxismo) de su enfermedad, una serie de convulsiones seguidas de pérdida de conocimiento.

Llegaron a darle la extremaunción, pues creyeron que estaba muerta. Oficiaron una misa de difuntos en su honor, y también cavaron su tumba. Un par de días después, cuando su hermano Lorenzo estaba junto al lecho de Teresa, esta recuperó el conocimiento: Se había tratado de un coma profundo que duró cuatro días.

Al cabo de un mes de estar muy postrada, pidió volver al convento, pero allí, tuvo que permanecer tres años mas en reposo, hasta que logra retomar la vida conventual en abril de 1542. Teresa atribuyó esta mejoría a la intercesión de San José.
Aunque no abandonó la lectura, sí iba dedicando menos tiempo a la oración y pasaba muchas horas en el locutorio del convento con visitas, ya que las costumbres del convento eran relajadas.

Según su testimonio, hacia 1543 se le apareció Jesucristo, reprendiéndola para que dejase de ver a una persona con la que se reunía a charlar habitualmente de cosas mundanas en el locutorio.

Museo de Ávila
En 1554, cuando rondaba los 40 años, tuvo lugar su conversión definitiva ante un Cristo llagado. «Ese día nace Teresa de Jesús y comienza la segunda etapa de su vida. La de su fecundidad espiritual, mística y literaria.

El Éxtasis de Santa Teresa es también conocida como la Transverberación de Santa Teresa. El 29 de junio de 1559, mientras estaba rezando, tuvo la sensación de que Cristo estaba a su derecha y le hablaba y en abril de 1560, cuando estaba en casa de Guiomar de Ulloa, se produjo la Transverberación o éxtasis:

Santa Teresa recibió la aparición de un ángel muy hermoso que identificó como un querubín. Dicho ángel llevaba en la mano una larga espada de oro cuya punta parecía encendida. Le religiosa sintió que el ángel le hundía la espada en su corazón y le traspasaba las entrañas.

Su autor, Bernini fue el mejor escultor de su época, no solo en Italia sino en toda Europa, ademas de gran arquitecto y pintor. Durante su vida, Bernini gozó del favor y la protección de siete papas, para los que realizó numerosas obras. Sin embargo fueron tres los que mayores obras le encargaron. En 1629, Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el papa Urbano VIII.

En la escultura, Santa Teresa aparece acostada, flotando suspendida en una nube que se funde con su ropaje de extraordinarios pliegues. Dichos pliegues transmiten el desmayo y el cuerpo sensual que se oculta debajo, a pesar que solo podemos ver la cara, las manos y los pies descalzos de Teresa.

Con la boca entreabierta y los ojos entrecerrados dan una expresión de sumisión y entrega total.

El ángel, que esta flotando sobre el cuerpo de la santa, esta a punto de clavar el dardo amoroso en su corazón y la contempla con la cabeza ladeada con una expresión de dicha y ternura. De esta manera el artista tenía que hacer visible lo que él sabia del éxtasis corporal. El rostro de una mujer en la cima de la euforia sexual.

La Reforma del Carmelo

Su ideal de reforma de la orden se concretó en 1562 con la fundación del convento de San José. Se inicia entonces una nueva etapa en su vida, en la que la dedicación a la contemplación y la oración es compartida con una actividad extraordinaria para conseguir el triunfo de la reforma carmelitana.
Empezó entonces a ser favorecida con visiones «imaginarias» e «intelectuales», visiones que habrían de sucederse a lo largo de su vida y que determinaron sus crisis para averiguar si aquello era «espíritu de Dios» o del «demonio».

Autor: ¿Taller napolitano?
Su encuentro en 1560 con el santo franciscano Pedro de Alcántara resultó providencial para alcanzar la paz.

Poco antes había tenido oportunidad de conocer a Francisco de Borja
Tras estos encuentros, a pesar de haber sido incomprendida, perseguida y hasta acusada en la Inquisición, fundó nuevos conventos, optando por una vida más austera, sin vanidades, ni lujos.

Los Conventos :
El lugar por excelencia para conocer obras carmelitanas es Ávila, ciudad que vio nacer a la religiosa. Siete son los enclaves que hay que ver allí: Convento de Santa Teresa, Iglesia de San Juan Bautista, Los cuatro postes, Convento de Nuestra Señora de Gracia, Monasterio de la Encarnación, Monasterio de San José (Las Madres) y el Real Monasterio de Santo Tomás.


En primer lugar, su casa natal, donde hoy se ubica la iglesia de la Santa. Una imponente talla de Teresa de Jesús escritora labrada saluda desde la fachada.

El presbiterio del templo alberga uno de los grandes temas de la iconografía teresiana: «La Merced del Collar», grupo tallado por Gregorio Fernández con la Santa entre la Virgen y San José.

Otro destino abulense es el Convento de San José, su primera fundación (1562). Un artista destaca en él: Alonso Cano, responsable de varias imágenes que siguen los modelos de Gregorio Fernández.

«La Santa en la cocina», hace referencia al tema «entre pucheros anda el Señor».

Rizi, coetáneo de Velázquez o Zurbarán, es también el artista más destacado de la iglesia del Monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora de Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes (Salamanca) ya que fue allí donde murió la Santa.


En Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), el convento, fundado por Gaspar de Bracamonte y Guzmán, alberga una excelente colección de pintura barroca italiana.

Seis de las obras pertenecen al napolitano Luca Giordano, entre ellas, una referente a «La Transverberación».
Fundaciones:
Hay nueve de fundaciones en Castilla y León (Ávila, Alba de Tormes, Salamanca, Segovia, Palencia, Soria, Segovia y Burgos). y otras muchas en el resto de España.

Apoyada por el general de la Orden del Carmen, recorrió todos los caminos de España fundando conventos. Fueron 16 en apenas 20 años: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. Pero no pudo cumplir su deseo de fundar un convento en Madrid.

Una fundación destacada, por sus peculiaridades, fué en Pastrana:
En 1569, los Príncipes de Éboli mandan llamar a Santa Teresa de Jesús con el fin de fundar un convento de Carmelitas Descalzas, creando el de San José para mujeres y el de San Pedro (hoy del Carmen) para hombres.

El Convento de San José es una reunión de casas, realizándose en el S.XVII la hermosa y sencilla iglesia actual. Perteneció a la Reforma del Carmelo, hasta que, tras los problemas con la Éboli, fue ocupado por monjas Franciscanas Concepcionistas.


Esta iglesia de San José fue el primer convento de carmelitas (reformados) que hubo en Madrid. Teresa no llegó a fundarlo personalmente y fué iniciada su construcción por fray Nicolás de Jesús y María en 1586
Iconografía de la Santa
Se acepte o no la denominación de santa, es innegable que el carisma de Teresa ha servido de inspiración a prestigiosos artistas.

En ella se fijaron pintores como Zurbarán, Velázquez o Rubens, y escultores de la talla de Gregorio Fernández o Bernini.
Se trata de obras pertenecientes fundamentalmente al arte barroco, periodo en el que «se desarrolla la vida, los hechos y la herencia de Santa Teresa»

Determinados artistas que trabajan para los conventos carmelitas». Así ocurre en Castilla con el imaginero Gregorio Fernández, que crea un modelo repetido hasta la saciedad.

La difusión de la imagen de Teresa de Jesús partió del convento de San José de Sevilla a partir de copias del retrato realizado por fray Juan de la Miseria
La obra precursora corresponde a una pintura realizada por Fray Juan de la Miseria en 1576, cuando la religiosa tenía 61 años. «Es un rostro de una mujer mayor, nada idealizado» Esta pintura determinó toda la iconografía de Santa Teresa «durante 40 ó 50 años».

Con motivo de su beatificación y siglos antes de que Pablo VI la declarara Doctora de la Iglesia (1970), aparece un segundo tipo iconográfico: la Santa escritora, «con su hábito y su capa, Teresa de Jesús sostiene una pluma con su mano derecha y un libro con la izquierda, mientras recibe la inspiración del Espíritu Santo»
La consolidación de esta iconografía se puede ver en las primeras tallas procesionales que se hicieron en Salamanca y Alba de Tormes. Será también el modelo más utilizado en la escultura del siglo XVII, donde uno de sus mejores intérpretes fue Gregorio Fernández, quien trabajó para los Carmelitas Calzados y los Descalzos.

Gregorio Fernández firma también las imágenes del Retablo Mayor de la Iglesia del Convento de la Concepción del Carmen de Valladolid
El monasterio, que cumple los principios de austeridad de la «arquitectura teresiana», reúne también obras de Alejo de Vahía y Juan de Juni, además de cartas autógrafas y un manuscrito original del «Camino de Perfección»

Otro importante destino vallisoletano para descubrir arte relacionado con la Santa es el Monasterio de San José del Carmen, en Medina del Campo, su segunda fundación.
Pinturas :

En 1561, Gonzalo de Ovalle sobrino de la santa, niño de corta edad, apareció muerto en su casa de Ávila, que se estaba adecuando para convento carmelita. El niño volvió a la vida tras las oraciones de la Santa. En la pintura de Luis de Madrazo

Una de las pinturas de Santa Teresa más significativas en la Archidiócesis de Sevilla está en la Sacristía Mayor de la Catedral: la realizada por Francisco de Zurbarán, fechable hacia 1650.

Hay una tierna y sobrecogedora imagen idealizada de Santa Teresa de Jesús a través de Madame Juliette Recamier, por François Gerard, (Romanticismo), 1827, París
La Obra literaria:
Algunas de sus obras mayores:

Libro de la Vida (escrito entre 1562 y 1565),
Las Relaciones espirituales
El Libro de las fundaciones (iniciado en 1573 y publicado en 1610)

y sus cerca de quinientas Cartas.
Para ayudar a sus religiosas a la realización de su ideal de vida religiosa compuso :

Camino de perfección (escrito entre 1562 y 1564 y publicado en 1583)

Las moradas o Castillo interior (1578).
Y muchos otros como:«Meditaciones sobre los Cantares», «Exclamaciones», «Fundaciones», «Visita de Descalzas», las «Constituciones» para sus monjas, poesías y medio millar de cartas además de 66 «Cuentas de conciencia» para sus confesores.
Beatificación y santidad.
En 1614 fue declarada beata, y en 1622 fue canonizada por Gregorio XV. (Santa Teresa había muerto 30 años antes)

En este célebre acto de la canonización se incluyó en el libro de los santos, junto con esta santa carmelita, a Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Isidro Labrador,
La Santa Doctora
Obstat sexus «el sexo lo impide». Con esta lapidaria respuesta, anunciaba el Papa Pío XI, por boca de Monseñor Aurelio Galli, su negativa a que Teresa de Jesús fuese declarada Doctora de la Iglesia, allá por el año 1923.

Pero por fin, fue votada su admisión por unanimidad y el Papa Pablo VI, aprueba el doctorado el 2 de julio de 1969, y el 2 de marzo de 1970 la Orden Carmelitana Descalza recibe de la Santa Sede la comunicación oficial» siendo la primera mujer que recibía esta distinción.

Junto con san Juan de la Cruz, se la considera la cumbre de la mística experimental cristiana

San Juan de la Cruz, a los 25 años el 1567, es ordenado sacerdote y se traslada a Medina para cantar su primera misa; allí se encuentra casualmente con Santa Teresa que tenía entonces 52 años y ya es fundadora.
La intuición de la Madre fue certera y nunca quedó desmentida. Desde entonces los dos grandes autores místicos de la Cristiandad caminan juntos en la historia del Carmelo

Nuestra Señora del Monte Carmelo con Santa Teresa de Jesús, Santa María Magdalena de Pazzi, San Ángel de Sicilia y San Simón Stock, óleo de Pietro Novelli conservado en el Museo Diocesano de Palermo.

FUENTES:
Libro de la Vida
https://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_de_Jesús
file:///C:/Users/ch/Downloads/TESIS448-140205.pdf Iconografía de Santa Teresa
https://www.abc.es/local-castilla-leon/20140818/abci-tras-arte-santa-201408181050.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_los_Carmelitas_Descalzos